Mauricio Belloc
Domingo, 15 de Abril de 2012
"¡Al demonio todos! A nadie rindo cuentas, nadie puede reclamarme; al Gobernador cuando nos visita, lo paseo en puras tonterías, hago compromisos y no los cumplo, nadie me manda, yo soy como soy ¿y qué? No le debo nada a nadie, sólo a Eugenio Hernández Flores, pero, pues él, simplemente ya no está, lástima Margarito, esto es todo mío y háganle como quieran".
El anterior es un monólogo, pero no uno de "Los Monólogos de la Vagina", de Eve Ensler, sino todo lo contrario, el soliloquio de la cuerdita de Benjamín.
Nuevo Laredo está a la deriva. Como nunca, nuestra ciudad está paralizada en todos sentidos, como no la recordamos antes; no hay gobierno municipal, más bien, existe un desgobierno desesperante, también como nunca lo habíamos vivido.
El pueblo, la ciudadanía, deambula en la anarquía total, o más bien, se encuentra perdida ante una pseudomonarquía enfermiza, de esas en las que como hace uno o dos siglos, la realeza sólo cobraba o se hacía del capital de la prole, sin dar explicación alguna y ni se molestaban en dirigir la palabra para nada, mucho menos bajar la mirada hacia la ralea.
Hoy no sabemos nada más de nuestra ciudad, de nuestras finanzas, de nuestro dinero, más que lo que el Rey de Chocolate, a cuenta gotas y por así convenirle a él, se digna soltar, pero sólo él puede hablar, pues ay de uno de sus lacayos que abra la boca, triste su calavera de quien ose irse de la lengua, ¡al cadalso!, prácticamente se queda sin empleo.
REINO DE COCOA
En este reino de cacahuate, sólo la pareja real puede merecer estrella, rayo o luz cuasi divina.
Para sus excelencias, el pueblo... la plebe, ni derecho tiene de levantar la cabeza, mucho menos la vista.
La prole, la pelusa, la raspa, el pópulo no es dueño de su dinero, ni se les tiene que rendir cuentas al respecto.
¡Ah!, y gobernante no significa ser empleado de la ciudadanía, sino que se trata de un ser superior, la persona que en todo momento está encima de ellos, eso no lo debe de olvidar cualquier mortal de este municipio.
Aunque éstos te hayan puesto en el cargo que tú solito convertiste en trono.
Sin embargo, y pese a sentirse de otro mundo o inmortal, se olvida el reyecito de marras, que pronto, más pronto de lo que se imagina, volverá a ser el plebeyo que siempre ha sido, pero eso sí, un plebeyo con mucha estrella, porque nadie podrá negar que el hombre ha corrido con gran fortuna .
A ver qué resulta el primero de octubre, cuando se acabe el reinado, se esfumen los tiempos de las vacas gordas, desaparezca el cuerno de la abundancia y la gente a su alrededor, para proteger el ingreso de sus respectivas familias, ya no tengan que rendirle pleitesía, ni callarse las humillaciones.
Este pobre pueblo, la única abundancia que ha conocido en 15 meses y 15 días de desgobierno, fue la abundancia de chocolates en forma circular, forrados de papel aluminio dorado, cual monedas de oro (otra burla más).
Monedas de azúcar, leche y cacao no se ha cansado de repartir, cual si fuera él el propietario de la fábrica de tales dulces, y se estuviera comprando y vendiendo tales producciones.
Pero, ¿saben qué?, por Dios que no nos equivocamos cuando a nuestras amistades, ésas que no nos dejarán mentir, les pronosticamos que Nuevo Laredo sufriría como nunca a partir del uno de enero de 2011, cuando esta personita tomase el cetro y la corona, para aposentarse en el trono y enfermarse en él, como ningún otro gobernante lo ha hecho.
Y así sucedió, lamentablemente no erramos en nuestra estimación.
¡Llega ya por favor primero de octubre de 2013!