En este mercado la fe se vende a granel, en diferentes presentaciones y tiene marca registrada. La apuesta en esta competencia; “ganar almas para el reino de Dios”.
“¿Qué creen los islámicos?, para los hombres hay un gran premio, les espera el paraíso, donde va a haber ríos de miel, de leche, donde te vas a poder bañar con muchas vírgenes, mujeres preciosas que van a hacerte muy feliz en el futuro.
“Por lo tanto, en esta vida tienes que portarte bien y tienes que hacer lo que yo te diga para recibir ese premio…”, el que habla es Alejandro Valdés, mercadólogo y estudioso de las religiones.
Como elegir el mejor refresco o el partido político que oferte la promesa más atractiva de bienestar y esperanza para un pueblo, así es el mercado de la devoción.
“El político regala tinacos, despensas, cachuchas, playeras o esperanzas… promesas de bienestar. Exactamente igual la religión…
“Eso es lo que necesitamos los humanos: un bienestar actual, resolver qué va a ser de mí en el futuro, necesitamos esperanza y las religiones venden esperanzas, la esperanza de tener una salvación”, expone.
La batalla por rescatar ovejas perdidas, descarriadas, al menos en México y para los movimientos de fe no católicos, ha rendido frutos, según los números del Instituto Nacional de Estadísticas, Geografía e Informática (INEGI), que evidencian cómo cerca del 17.3 por ciento de la población en este país ha preferido dejar las filas de la religión mayoritaria, para buscar refugio en las iglesias protestantes, evangélicas, cristianas y de otras denominaciones.
Cuando hace 10 años 88 por ciento de los mexicanos eran católicos y sólo el 10 por ciento se adherían a lo que los católicos insisten en llamar “los hermanos separados” de la iglesia institucional.
“Es la forma de vender la fe. Muchos sacerdotes cristianos católicos no se han preparado para dar un mensaje adecuado a los fieles, no se les prepara bien para predicar. Van los fieles a misa y no les llegan al espíritu, al alma.
“Llega un pastor protestante, muy preparado y dice ‘no tenemos porque respetar el celibato, podemos ser hombres normales, casados, con hijos y seguir transmitiendo el mensaje de Jesús, del evangelio”, dice el experto en mercadotecnia Alejandro Valdés.
Neftalí Rivera Rodríguez, presidente de Alianza Ministerial Evangélica de Saltillo, confirma este dicho:
“Los pastores que estamos en Alianza estamos capacitados y algunos podemos tener obra en el sur de México, en Estados Unidos, en Canadá, en Guatemala, en Latinoamérica, en Europa, en los países musulmanes. Vemos el alcance que ha tenido el evangelio del reino de Dios”.
De acuerdo con registros de la organización Alianza Ministerial Evangélica de Saltillo, existen en esta ciudad entre 450 y 500 iglesias evangélicas, contra carca de 80 parroquias católicas a lo largo de esta diócesis que comprende los municipios de Parras, General Cepeda, Ocampo, Monclova, Cuatrociénegas, entre otros.
“La gente se va con quien le hable mejor, bonito, sea o no sea la verdad, tengan o no tengan la razón, por el simple hecho de que les hablaron mejor”, comenta Elías López Ruiz, pastor de la Iglesia Bautista Berea de Saltillo, una organización con más de 90 años de en la ciudad.
Y es que parece que ante la realidad desbordante de inseguridad, violencia intrafamiliar, drogadicción, alcoholismo, embarazos adolescentes, divorcio, suicidio y desintegración de los hogares, que sufre la comunidad coahuilense, la oferta espiritual es tentadora.
“Ellos ven que la palabra que nosotros damos es real y es verdadera y eso es lo que les impacta y entonces vienen. La gente tomaba, pero ahora yo no toma, eres una nueva creatura, naces de nuevo, dejas esos caminos torcidos que llevabas, que vivías.
“Ya no te drogas, ya no eres un alcohólico, ya no eres un adúltero, ahora vives para Cristo y sigues las pisadas del maestro. Nos distinguimos de los demás y Cristo es la diferencia”, opina Mauro Sánchez, pastor asociado de la Iglesia Pentecostal Getsemaní, en Saltillo.
Frente a tal embate, porque incluso existen cifras no oficiales que muestran que el 25 por ciento de la población en Coahuila y en México ha migrado de catolicismo, la iglesia católica lanza su estrategia. La expone Gerardo Escareño, el vicario general de la Diócesis de Saltillo:
“Es un esfuerzo que estamos haciendo con un instrumento que se llama Plan Diocesano de Pastoral y con el que hemos ganado bastante en participación y en inclusión de los laicos en sus comunidades, y una forma de organización mejor para este tiempo que nos toca vivir. Es Jesús el que pide a la iglesia que sea una iglesia misionera, más cercana, de rostro humano”.
Pero los estrategas de la competencia ya han tomado ventaja suficiente de cara a la iglesia católica que prefirió confiarse.
“Una de las fallas de nuestra religión quizá sea la débil formación religiosa de los católicos que son confundidos, engañados o son sorprendidos. Al ser iglesia mayoritaria la gente nacía, crecía y moría siendo católico, porque no había otras alternativas, otras opciones, entonces la formación no siempre fue una prioridad”, dice el sacerdote Gerardo Escareño.
Los milagros de salud, prosperidad económica y la salvación, son algunos de los anzuelos que los movimientos adversos al catolicismo vienen usando para atraer a sus clientes, venidos, en su mayoría, de las huestes católicas.
“Todos los domingos tenemos, mínimo, entre 27 ó 30 personas que vienen como nuevas a esta casa, a esta familia, a conocer y a experimentar el amor de Dios, el poder de Dios y la presencia de Dios. Eso ha hecho que la iglesia esté creciendo, que la familia esté creciendo.
“La gente que nos visita empieza a conocer, a experimentar algo que no había vivido y que es bueno, que es agradable, que trae paz, bendición, prosperidad y que empieza a ver buenos resultados en sus vidas. Creo por eso que la gente que llega a esta casa se queda, diciendo ‘aquí encontré lo que andaba buscando’, que es Dios, que es la salvación para sus vidas, la salida, el rescate la ayuda, la sanidad…”, apunta Jorge Pérez Rocha, pastor de la Comunidad Cristiana de México, un movimiento que nació en Saltillo y que cuenta en su haber con más de 150 iglesias en todo el mundo.
Por si fuera poco la influencia de estas iglesias se ha extendido a todos círculos sociales y del quehacer comunitario de la ciudad.
“Tenemos una influencia muy fuerte en todas las áreas, desde una persona que ejerza un oficio, hasta una persona que ejerza una profesión, un doctorado, una licenciatura”, ilustra Neftalí Rivera Rodríguez, presidente de Alianza Ministerial Evangélica de Saltillo.
En Coahuila las iglesias no católicas, como la protestante, evangélica y judaica, han conseguido arrebatar a la que es considerada religión mayoritaria, unos 350 mil fieles entre más de dos millones de católicos, en los últimos años.
“Reconocemos la pérdida de fieles, es una realidad, por toda la problemática interna de la iglesia, el proceso de adaptación, de apertura en el que estamos, no siempre se logra satisfacer las expectativas de toda la gente y hay gente que abandona. El ser humano nunca está satisfecho, siempre busca, busca”.
“Existen desafíos muy fuertes en el ámbito de la vida pública, somos testigos de la inseguridad, del riesgo que corre la vida de las personas por desapariciones, por secuestros, por extorsiones. La fe, vivida a fondo y con seriedad, implica respuestas serias y comprometidas para combatir el mal y no todo mundo está preparado o dispuesto”, detalla Gerardo Escareño, vicario general de la Diócesis de Saltillo.
Y hace su interpretación del fenómeno del surgimiento cada vez mayor de iglesias de todos los credos y denominaciones :
“Es el activismo de estos grupos, el entusiasmo que tienen en difundir su fe o sus convicciones, sus agrupaciones, la dedicación que tienen en la búsqueda de seguidores. Algunas tienen expresamente el propósito proselitista y lo que buscan es precisamente eso, seguidores. Tienen vínculos con organizaciones más grandes fuera del país, algunas reciben recursos para operar sus actividades.
“A parte es el afán del ser humano, y que es normal, de la búsqueda de la trascendencia. Todos tenemos en el fondo del corazón un anhelo, el de trascender, de encontrar respuestas, la búsqueda de explicaciones a realidades que nos desbordan, todo eso existe siempre, desde siempre y el ser humano lo busca, por eso habrá religiones o modos de acceder a esas dimensiones”.
Pero la fe de las iglesias evangélicas, presumen sus autoridades y líderes, es distinta y mejor de la que profesa el resto de los movimientos cristianos y otras corrientes religiosas:
“La fe no es en el palo, en la piedra, es en el único Dios verdadero y a través de Jesucristo. Cualquiera que siga dentro de una religión, está en un error, tiene que dejar su religión y venir al conocimiento del señor Jesús, al evangelio del reino de Dios.
“Puede haber superación personal, psicología, muchas herramientas que el hombre pueda producir, pero solamente algo puede cambiar el corazón del hombre y ese es Dios”, suelta Neftalí Rivera, el presiente de Alianza Ministerial Evangélica de Saltillo.
Para Luis Humberto Ruiz Cabello, director de Asuntos Religiosos del Gobierno del Estado, la cosa es más sencilla:
“No que los protestantes y evangélicos estén ganando terreno, sino que la gente que en algún momento de su vida estaba indecisa, a lo mejor fue por ahí con los evangélicos y les gustó, con los pentecostales y les gustó, simple y llanamente se cambiaron… Estamos en un estado laico y cada quien escoge el culto que quiere”.
Sin embargo el éxodo de fieles católicos hacia otras iglesias ha sido de tal magnitud, que templos como el de Getsemaní, situado en el corazón del Fraccionamiento Agua Azul, al oriente de la metrópoli, han tenido que cambiar su sede a un lugar más grande por falta de capacidad.
Esto es lo que ofrece:
“Cuando nosotros ganamos un alma el gobierno tiene menos problemas, las empresas tienen menos problemas, las escuelas tienen menos problemas, porque nuestros hijos ocupan los primeros lugares en las escuelas, cuando nuestros hijos van a una empresa a trabajar son personas responsables, honradas, honestas, que cumplen con sus horarios de trabajo, que cuidan su trabajo. Es la diferencia”, advierte Mauro Sánchez, pastor de la Iglesia Getsemaní.
Porque en este mercado la apuesta más importante es por ganar almas, para el reino de Dios.
“Es una promesa establecida divinamente. La palabra de Dios dice que toda la tierra será llena del conocimiento de Dios, como las aguas cubren la mar, de ahí que nuestro objetivo sea ganar almas para Cristo”, reafirma Neftalí Rivera Rodríguez, presidente de Alianza Ministerial Evangélica de Saltillo, una agrupación que tiene más de 50 años de actividad y reúne a unas 120 iglesias evangélicas de la ciudad.
Será por eso que los Testigos de Jehová han logrado sumar a unos 20 millones de seguidores en todo el planeta, y un millón 100 mil en México, a través de su estrategia de salir a las calles, tocando casa por casa para jalar adeptos.
“La Biblia dice que el evangelio del reino de Dios se predicara de casa en casa para testimonio de la gente, antes de que venga el fin ¿Qué sistema religioso ve que lo hace?, ese es el punto.
“Hay sistema religiosos que generalmente dicen tener la Biblia como su guía, pero viéndolo en el terreno de los hechos la pisotean, porque no cumplen con lo que dice”, proclama José Trinidad Salazar, miembro del movimiento Testigos de Jehová en Saltillo.
Y ahonda sobre el sistema que ha inventado esta organización mundial para pescar hombres:
“Predicamos de casa en casa, si la persona presta la debida atención, y le gusta, entablamos una conversación estudiando la Biblia en su propio hogar, usando un método sencillo que tenemos de preguntas y respuestas y la persona va aprendiendo normas, sistema de vida, el por qué tiene que cambiar su vocabulario, el por qué tiene que ser diferente en su forma de vestir. Somos diferentes de lo que el mundo es”.
Tan dinámico es el mercado de la fe que de acuerdo con datos de la Dirección de Asuntos Religiosos del Gobierno de Coahuila, existen alrededor de dos mil denominaciones religiosas diferentes en la entidad y cada año se presentan, ante esta dependencia, un total de 20 solicitudes para el registro de nuevos cultos.
Por eso es que a José Luis del Río y Santiago, rector de la parroquia de Santiago Apóstol, no le extraña que en Estados Unidos, país cuya población es mayormente protestante y evangélica, nazcan un promedio semanal de seis iglesias no católicas.
“El pastor junta su gente, hace proselitismo y ya tiene su iglesia nueva, particular, según su modo de entender la Biblia. En Estados Unidos se cuentan ya cerca de 38 mil de estas organizaciones”.
Elías López Ruiz, pastor de la Iglesia Bautista Berea de Saltillo, revela una nueva tendencia en el mercado de la devoción, con el auge cada más mayor de la religión islámica.
“Mucha gente está dejando el catolicismo, pero no se están haciendo evangélicos o protestantes, hay un fenómeno llamado el islamismo y ahorita está tomando mucho auge en Estados Unidos, en México también y yo sé que aún en la ciudad de Saltillo hay personas que profesan esta religión”.
En ese mercado tan vasto y diverso de espiritualidades, cada cual asegura poseer la verdad absoluta de las dudas existenciales que agobian y oprimen al hombre de nuestros tiempos.
“La gente está buscando la verdad del universo, la verdad de la vida, el propósito por el cual estamos aquí, de dónde venimos, a dónde vamos…
“Hay iglesias numerosas de Estados Unidos, evangélicas, Testigos de Jehová, Adventistas, muchos grupos, de muchos iluminados que traen la verdad y la verdad absoluta¨, clarifica el mercadólogo Alejandro Valdés.
¿A quién creerle?
SOBREVIVEN
Según el INEGI, existen algunas Iglesias denominadas protestantes históricas, entre las que se encuentran anabautistas, anglicanos, calvinistas, congregacionalistas, cuáqueros, discípulos de Cristo, Ejército de Salvación, episcopalianos y luteranos. En ellas se aglutinan más de 11 mil personas
LA FE: PRODUCTO DE IMPORTACIÓN
En el lapso de tiempo entre 1992 y 2003, se conoció que 58 mil 460 individuos entraron al país registrados como ministros. Este término se define como cualquier persona a quien una organización religiosa le ha conferido este título.
LA RADIOGRAFÍA
Para 2010 los que se declararon católicos representan el 83.9 por ciento de la población de 5 años y más; los protestantes o evangélicos, 7.6 por ciento, otras religiones 2.5 por ciento y el 4.6 por ciento declaró no tener ninguna religión.
Y EN COAHUILA
El 83% son católicos, el resto se declaran protestantes de diferentes preceptos religiosos.
EL MERCADO DE LA FE
En México existen registradas 6 mil 484 asociaciones religiosas, las cuales están divididas de la siguiente manera:
2 mil 969 son católicas, apostólicas y romanas
Mil 690 pentecostales
Mil 580 bautistas
67 presbiterianas
53 espiritualistas
24 ortodoxas
14 adventistas
9 luteranas
9 judías
8 budistas
6 metodistas
5 de la Luz del Mundo
4 científicas cristianas
4 corresponden a nuevas expresiones
3 hinduistas
2 de los Testigos de Jehová
2 krhisnas
2 islámicas
Una anglicana
Una de los mormones
Una más del Ejército de Salvación
Ganan adeptos
Ortodoxos 50 mil integrantes
Menonitas 11 mil integrantes
Bautistas 200 mil integrantes
Metodistas 300 mil integrantes
Adventistas 500 mil integrantes
Budistas 5 mil 400 integrantes
Iglesia del dios vivo, columna y apoyo de la verdad, la luz del mundo 70 mil integrantes
IGLESIA DE JESUCRISTO DE LOS SANTOS DE LOS ÚLTIMOS DÍAS (MORMONES) 206 mil integrantes
PRESBITERIANOS 325 mil integrantes
ISLÁMICOS Mil 500 integrantes
SIN RELIGIÓN 3 millones
EVANGÉLICOS 2 millones 400 mil integrantes
TESTIGOS DE JEHOVÁ Un millón 100 mil integrantes
