martes, 13 de marzo de 2012

Balacera los pone "out"

Terror por balacera en estadio de beisbol de Saltillo



En el lugar y en el momento equivocados. Saraperos de Saltillo y aficionados al beisbol vivieron minutos de pánico ayer en el parque “Abraham Curbelo”, en cuyas cercanías se desató una balacera.
Cuatro delincuentes fueron abatidos por elementos del Grupo de Armas y Tácticas Especiales, durante dos enfrentamientos en la calle Pedro Ampudia de la colonia Guallulera y después en diferentes puntos del norte de Saltillo.
El autobús en el que viajaba el equipo de la Liga Mexicana de Béisbol —estacionado frente al parque— recibió varios impactos.
“El juego estaba empezando. La música estaba muy alta, como siempre en los parques de beisbol; los peloteros estaban en el terreno de juego y cuando se escucharon las detonaciones se les pidió por el sonido local a ellos y a los aficionados que siguieran las indicaciones”, narra Luis Fernando Valdés, jefe de prensa de Saraperos.
“¡Todos al suelo, todos al suelo!”, fue la orden que se escuchó en los altoparlantes del Curbelo.
Jugadores de uno y otro equipo se resguardaron. Los jardineros Antony CazarínJorge Ramírez y Francisco Ferrero y el resto de sus compañeros que estaban a la defensiva corrieron a la caseta local, mientras los aficionados siguieron las instrucciones y con ello se evitó una tragedia.
Luego, la voz pidió a la gente echarse al piso y permanecer en calma, mientras se realizaba una persecusión de la policía local.
“Tan pronto se dejaron de escuchar las detonaciones se desalojó, tanto al equipo como a los aficionados. Los jugadores se fueron hacia el camión, ahí estaba el operador; afortunadamente, no le pasó nada”, relata Valdés.
“Estaba limpiando el vidrio por dentro, cuando escuché los disparos, vi venir los convoyes y me tiré al pasillo, sólo escuché cómo se rompió el cristal. Si hubiera seguido en mi lugar, fácilmente me hubieran matado”Diario , dijo el chofer —quien prefirió no proporcionar su nombre—
Cerca de 250 fanáticos que se encontraban en el estadio salieron por dos accesos, luego de unos cuatro minutos de fuego cruzado entre la policía local y el presunto grupo delictivo.
“Es un parque pequeño, cabe poquita gente; afortunadamente todos salieron bien y en orden, nunca se puso en riesgo la integridad de aficionados, jugadores o cuerpo técnico”, subraya el titular de medios de la novena.
“Nosotros siempre hemos estado dispuestos para colaborar, pero hoy no podemos exponer a nuestros hijos. Queremos que lo entiendan, no podemos continuar así”, dijo Derek Bryant, piloto de Saraperos al diario local.
Una vez fuera del parque de pelota, equipo y cuerpo técnico fueron trasladados en la misma unidad que recibió los impactos de bala hasta el estadio Francisco I. Madero, casa del club coahuilense, donde el domingo recibe la visita de Acereros de Monclova.
Además de la alarma que se vivió en el estadio de beisbol, niños de La Secundaria Número 5 también sufrieron la crisis de la violencia que se desarrolló ante ellos. Varios de los estudiantes de ese plantel tuvieron que lanzarse al piso y permanecer boca abajo en plena calle, mientras que otros corrieron a refugiarse dentro del centro escolar.
Además de los criminales fallecidos, se reportó el traslado de uno más, herido, a un hospital privado, donde minutos más tarde, otro grupo de malhechores intentó rescatarlo.
Ésta no es la primera vez que las balas alcanzan al beisbol mexicano. El 11 de julio de 2010 se suscitó una balacera afuera del parque “Adoldo López Mateos”, casa de los Broncos de Reynosa, que enfrentaban a Sultanes de Monterrey. También hubo pánico al escucharse detonaciones de balas y granadas. 














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