lunes, 19 de marzo de 2012

A dos años de la tragedia

La segunda balacera que cambió a la zona del Tec de Monterrey 

 

La luna y el ambiente fresco de la noche cambió, por una noche caliente, llena de adrenalina, de miedo, de precaución. 


Esa noche del 19 de marzo del 2010, una segunda balacera, que más pareció un ataque contra el Ejército, ocurrió.

Cerca de las 1:00 horas, un grupo armado que viajaba en varias camionetas se desplazó por la avenida Eugenio Garza Sada, subió el paso a desnivel de Luis Elizondo, justo a la mitad se detuvo, bajaron varios hombres.

En sus manos, tenían granadas y armas de alto poder, en la lateral, estaban los militares revisando una camioneta blindada que habían asegurado luego de un persecución y balacera… un estruendo los hacía correr.

Era la primera granada que lanzaba el grupo armado, luego fue otra, que “rebotó” en la calle, hasta que se detuvo y estalló, al instante una lluvia de balas que parecían interminables.

La luna y el ambiente fresco de la noche cambió, por una noche caliente, llena de adrenalina, de miedo, de precaución.

Los militares intentaron repeler la agresión pero no tuvieron éxito, los agresores pudieron huir, al menos en el reporte “oficial” que dieron en el lugar de lo hechos.

Después de la balacera, la “zona Tec”, como se le bautizo en Twitter, quedó en silencio, nada se escuchaba, ni el paso de vehículos, ni murmullos, algunos minutos después a lo lejos una sirena interrumpía la tranquilidad, era una ambulancia de la Cruz Roja y seguida de otra, la Cruz Verde.

Atendieron a por lo menos dos elementos de la Sedena que habían quedado heridos por el ataque.

Llegaron integrantes de la Policía Ministerial, los elementos periciales y una unidad del Servicio Médico Forense, dos personas estaban muertas dentro del Tecnológico de Monterrey.

Dijeron que eran sicarios, que estaban armados y que habían sido abatidos, así se difundió la noticia, pero días después confirmaron que se trataba de dos estudiantes de ese campus.

De la camioneta, que tenía protección blindada para poder atacar en movimiento, bajaron armas, cartuchos, equipo táctico, radiocomunicación, y algunas otras informaciones.

Los soldados fueron amables, brindaron información, aunque luego algunos puntos fueron corregidos por las autoridades federales.

Esa noche cambio al Tec, cambió vidas y será una de las más recordadas por los regiomontanos.

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