martes, 24 de abril de 2012

No Pasa Nada, chusma, chusma...

Cuando se pierde el glamour


Senén Eros
Lunes, 23 de Abril de 2012


Yo sé que esta columna no le va a hacer nada de gracia a aquellas personas “adineradas” que aún viven en la desierta colonia Madero (viejo dominio feudal de nuestra ciudad)... Perdón, pero es que no puedo evitar reírme cada vez que escucho algunas opiniones encontradas en la web sobre la “alarmante invasión del vulgo a una zona socialmente considerada como “exclusiva”.
Es más, la cosa es tan así de “gacha”, pero ahora ni la hermosa y sacrosanta catedral se ha salvado de las mordaces críticas de algunos riquillos venidos a menos que, viendo cada vez más gente plebeya merodeando por su territorio, se pusieron de acuerdo y decidieron dejar de asistir a misa con tal de evitar el contacto con la chusma (o al menos así lo manifiestan las malas lenguas de esa zona “residencial”que conozco).
Aún recuerdo lo solitaria que era la plaza Ignacio Zaragoza -así se llama-, que en tiempos no violentos, fue un lugar casi reservado al esparcimiento de las élites locales, por lo que nunca faltaban las personas detenidas por patrullas policíacas bajo cargos de tener “actitud sospechosa” (como le sucedió a un amigo artista que fue a pintar un cuadro ahí y terminó en el ministerio público) por actitud obscena, o mostrar “comportamiento indecoroso” (en el caso de una parejita de novios común y corriente).
En lo personal, me agrada la idea de que dicho lugar se vea concurrido por las mañanas y tardes, con un montón de familias que sacan a sus mascotas a pasear, niños jugando con patinetas, monjitas dando un paseo en los alrededores, comités municipales haciendo actividades  y algunos viejos como yo que, cansados del encierro y la monotonía, aprovechan la atmósfera natural del lugar para recobrar energías y seguir al pie del cañón.
Por lo que respecta a la resbaladilla “rainbow” recién instalada...bueno, supongo que muchos niños la agradecerán (pero es evidente que el pasto de esa área tiene su sentencia de muerte), solo espero que no se les ocurra aniquilar las otras áreas verdes, porque entonces si, el lugar perdería esa atmósfera que nos hace tanto bien a los que tenemos sintonía con el mundo de lo natural.
Respecto a la “exclusividad” perdida de la colonia Madero se dicen muchas cosas en la redes sociales; no había vendedores de elotes ni raspados en la plaza (a la que casi nadie se acercaba), no existían malabarístas callejeros ni limosneros “importunando” a los transeúntes, los chicos fresas pasaban el tiempo molestando impunemente a todos los automovilistas que no tuvieran un carro lujoso, las señoras de sociedad llamaban a la policía cada vez que alguien ajeno a su territorio merodeaba por ahí porque les lanzaban piropos... y algunas veces, por que no se los lanzaban.
También se comentaba mucho de la “buena gente” que asistía a misa en catedral, quienes miraban con desprecio a todo los plebeyos que se les ocurría “escuchar la palabra de Dios en ese sitio tan reservado”. Quizá por eso los ricachones acudían a misa con las galas más finas que podían ponerse, para distinguirse ante Dios de los otros feligreses “clase medieros” que se paraban por ahí, no tanto para igualar a los potentados, sino buscando la comodidad del aire acondicionado.
Todo lo anterior acabó para bien o para mal. Hoy, la sociedad del vulgo celebra victoriosa sus nuevos dominios ante las miradas inconformes, la férrea y acusadora mirada de aquellos que no fueron tan afortunados como para poder volar lejos de aquí a Houston o de perdida a San Antonio, donde ahora vive casi toda la fresada antigua del pueblo.
En el caso de las graciosas mascotas, los dueños han de saber que dejar las “gracias” de sus animalitos en plena vía pública no es algo muy grato para los demás visitantes, porque la suciedad fresca tiene un olor muy desagradable y una textura difícil de quitar cuando invade la suela de nuestros zapatos (y que conste que lo digo por experiencia).
En fin, supongo que el día que los “señores feudales” regresen a esta ciudad tendrán que habilitar algún cerro lejano como centro residencial, muy apartado, al estilo del Centro Cultural, es decir, un lugar apartado donde no llegue ningún camión urbano y, sobre todo, un buen carro que garantice ese noble linaje o al menos lo aparente.
Bueno, es todo por hoy y espero de verdad que no se me ofendan los vecinos de la Madero, Longoria, Campestre y agregados, piensen que hay cambios bruscos que se producen en la vida para darnos una lección y que de alguna manera nos invitan a interactuar con quienes menos pensamos... Bueno, supongo que así es la vida, a final de cuentas nada es eterno....Bueno... Perdónenme... Ya déjenme no.


Por lo demás, todo tranquilo, no pasa nada.


1 comentario:

  1. Completamente de acuerdo contigo, es increible que todavia el pensar de algunos laredenses es el de "En la colonia Madero se perdio la clase, ya cualquiera vive aqui", esto lo escuche de una persona que de la noche a la mañana perdio todo su capital por una mala inversión, y para su peor castigo con dotes de divinidad, fue un "Clase Media-baja" el que le compro su propiedad. Tambien se mi estimado amigo, que TODAVIA hay personas que "matarían" por vivir en la Madero, no importa que sea en una casa del tamaño de una de interes social, lo que importa es estar dentro. Pero en fin, así es la falsa sociedad, la cual podran compartir sus mejores galas en la Iglesia y darse la paz, pero despues de eso, alguien pierde su fortuna, y como decimos los del proletariado: "Ni te conozco..."

    ResponderEliminar